Cómo preparar un viaje sorpresa

Una celebración especial. Un grupo de amigos que acuerda hacer un viaje sorpresa. Deciden que cada uno pondrá una cantidad de dinero para cubrir los gastos del viaje y, con eso, el homenajeado se ocupará de preparar una escapada de un día sin que nadie sepa dónde va a ir. Este es el punto de partida.

Hay muchas formas de organizar viajes sorpresa. La más normal es hacerlo para tu pareja. O que un grupo le monte algo a una persona. Pero esta vez diferente: una persona se ocupa de crear una excursión misteriosa para un grupo de personas. Estos solo saben que han de estar en un lugar un día, a una hora determinada.

Unas semanas antes de esa cita, el celebrante busca y rebusca cómo hacer algo que sea inesperado, que tenga algún tipo de significado especial para todos y que se ajuste lo más posible al dinero acordado.

Suspense
Un preacuerdo fue que el viaje sería de un día. Así, se trataba de aprovechar al máximo la jornada. Cuando se habló de hacer este juego, parecía claro que se trataba de tomar un avión. De volar. De ir lejos. De salir de lo normal, dentro de un orden. Pero había que ir y volver el mismo día.

Desde Barcelona, hay varios destinos posibles a los que se puede ir en un vuelo tempranero y volver tarde. Por ejemplo, como mostró Eduardo López Alonso, yendo a Bérgamo. Se trataba de París, Londres, Roma, Milán, Ginebra y el mencionado Bérgamo. Dentro de la península, Sevilla y Madrid. Incluso es posible ir a Mallorca en avión solo o combinando barco y avión.

Pero también era posible conseguir hacer creer que el viaje sería en avión --la cita era en el aeropuerto--, para después usar otro medio de transporte. El tren permite ya pasar un día en lugares como Madrid, Toulouse y Montpellier. O se podía alquilar una minivan y dirigirse a un destino más cercano. Cualquier cosa era posible y, sobre todo, tenía que parecer que era posible. Hasta que quizá solo se tomaría un autobús urbano o un tren de cercanías y se volvería a la ciudad.

Esta es la clave principal de toda la organización: jugar al despiste. Con la logística ya organizada (vuelo, restaurante y traslados), hay que procurar mantener el misterio el máximo de tiempo posible. Se va pidiendo al grupo que lleve ciertas cosas a la cita, algunas necesarias y otras no. Eso sí, hay que asegurarse de que llevarán la ropa adecuada, a la vez que ha de parecer que podrían ir a cualquier destino de los que estaba en el aire.

Es muy útil pedir asesoramiento y consejo a personas no relacionadas con el viaje. Esto ayuda a reflexionar sobre cosas que el organizador no es capaz de ver, por lo implicado que está. Una advertencia: hay que pedirles que estén alerta por si algún viajero sorpresa intenta sacarles información.

Decisiones 
La decisión del destino se ha de tomar con la máxima antelación posible, más que nada para conseguir billetes a un buen precio. Finalmente, el destino fue Milán. La razón, el precio. En la segunda mitad de 2013, los billetes más baratos desde Barcelona solían ser los de Milán Malpensa con EasyJet o la cercana Bérgamo con Ryanair.

¿Por qué Milán, aparte del tema precio? Entre otras razones, porque un viaje a Italia siempre es agradable y porque el lugar tiene un significado para el grupo. Pero surge una preocupación: el tiempo. Todo esto se está planeando para mediados de otoño. Y el riesgo de mal tiempo en cualquier sitio de Europa es alto. Era una lotería. Afortunadamente, el día fue soleado y radiante.

Una vez elegido el destino y comprados los vuelos, toca organizar la estancia. En esto hay que ser práctico. El viaje orbitaba alrededor de una comida para celebrar un evento. Todo dependía de eso. Pero había dos planes para rodear esa comida, uno más activo y uno de relax.

El plan activo consistía en ir del aeropuerto a un restaurante, de allí a una ciudad a pasar la tarde y, al final, un traslado para tomar el avión de vuelta. El de relax, intentar, por ejemplo, buscar un espacio que uniera restaurante y spa. O un restaurante y un spa por separado. Fuera como fuera, la practicidad en este caso ha de implicar optimizar los desplazamientos, ya que existe el riesgo de estar todo el tiempo transportándose.

La decisión entre planes fue bastante rápida al ver lo que subía sumar una comida y una entrada a un spa. Así, había que encontrar un buen lugar para comer y un sitio más o menos cercano para pasar la tarde. Lo más sencillo era concentrarlo todo en Milán. ¡Pero eso es fácil! Como la ciudad está cerca de los Alpes y de la zona de los lagos, podía ser más agradable evitar Milán e ir hacia allá.

Hay dos intenciones en el hecho de dejar Milán a un lado. Por un lado, el viaje no era salir de una ciudad a para caer en otra. Por otro, el que no conociera la ciudad, no iba a tener tiempo de verla. Era más relajado ir hacia las montañas. Pero en esas montañas hay que encontrar un restaurante. La mejor vía de hacerlo es a través de las oficinas de turismo. Hubo varias consultas en foros de viajeros, con éxito desigual, tirando a escaso.

La mejor respuesta llegó de la oficina de turismo de Como. Enviaron una lista de lugares para comer que estaban abiertos en esas fechas. Los nombres fueron cruzados con la siempre útil página web de TripAdvisor y las propias páginas de los restaurantes y de ahí salió un finalista. Hecha la reserva, había que buscar una forma de llegar.

El restaurante estaba en un pequeño pueblo a orillas del lago de Como. No tenía una conexión directa de transporte público con el aeropuerto. Se imponía un vehículo privado para el traslado. Y para evitar implicar a nadie del grupo, lo mejor era que fuera un vehículo con conductor. Ante eso, se puede probar en un buscador de internet o, aún mejor, acudir de nuevo a la oficina de turismo. Estas suelen llevar registros de empresas que ofrecen el servicio. Se piden un puñado de presupuestos y, siempre con la incertidumbre de lo desconocido, se reserva una, esperando que esté en el aeropuerto a la llegada.

El día D 
Las pocas pistas dadas, como la hora de quedar y la estimación de la hora de vuelta, siempre permiten al despistado grupo especular con el destino. Por eso, una vez en el aeropuerto, hay que intentar que parezca que podríamos salir de allí en avión, sí, pero también en tren, en autobús o en un coche que nos espera.

Uno de los hechos más agradablemente sorprendentes es que es posible pasar el control de seguridad del aeropuerto sin que los amigos sepan el destino. El organizador tiene las tarjetas de embarque y se las va dando al personal de seguridad para que escanee el código. De esta manera se puede llegar a las puertas de embarque sin saber a cuál de ellas hay que dirigirse.

Una vez llegados al aeropuerto de Malpensa, el vehículo con conductor es la mejor forma de mantener el suspense, si no da pistas. En el caso milanés, si el minivan iba hacia el norte, se podía creer que el destino era Suiza o algún lugar indeterminado del norte de Italia. Pasadas unas cuantas ciudades, pueblos, un amago de ir hacia la frontera suiza, el misterio se desvela. El destino era un pueblo a orillas del lago de Como. Allí estaba uno de los restaurantes recomendados por Turismo de Como y bien evaluado por los usuarios de TripAdvisor y por algunas guías.

Se acaba la 'angustia', el grupo se para y ya todo es más fácil. Tras la sobremesa, traslado acuático a la ciudad de Como. Allí hay tiendas, cafés, bares, heladerías y un montón de opciones para pasar una buena tarde. Incluso se puede ir en autobús urbano a Suiza en pocos minutos, si alguien tiene interés en hacerlo.

Y cuando oscurece, de nuevo aparece el coche con conductor que llevará a todos al aeropuerto para el vuelo de vuelta. Ha habido tiempo de hacer un aperitivo a orillas del lago de Como, de comer, de ir en barco, de pasar una tarde en Como, de celebrar el evento, de tomar algo más y de ir de compras. El cansancio hace mella. El avión de vuelta es tranquilo. Y de nuevo en Barcelona, de vuelta a la normalidad. Esperando ya el próximo evento especial y la próxima sorpresa.

4 comentarios :

  1. Asombro, envidia y admiración.

    Me ha gustado mucho este post. Refleja el "viajando raro" tan Nautiliano. Y al propio tiempo, "casa" muy bien con el autor del blog.

    Lo dicho, asombro por la rareza, admiración por herblo llevado a cabo y.. envidia... mucha envidia :)



    ResponderEliminar
  2. Puedo asegurar que hubo suspense hasta el momento de embarque y que hasta ahora ¡es el viaje misterioso más extraordinario!

    ResponderEliminar