En la escalada de cargos extra de las aerolíneas, algunas personas ya hacen broma con que la próxima frontera que se cruzará será la de cobrar por usar el lavabo. Desgraciadamente para las compañías de aviación, la Convención de Ginebra, por lo menos, protege un poco a los pasajeros y les concede, como a los prisioneros, un acceso gratuito y universal a los baños. Por caridad humana.
Pero eso es, seguramente, porque las empresas no han reflexionado lo suficiente sobre el tema. Una de las razones que aduce Ryanair para eliminar servicios a bordo es que ello implica menos posibilidad de que estropeen y, por lo tanto, menos gastos de mantenimiento. Esa es la razón, por ejemplo, de que los respaldos de los asientos en Ryanair no sean reclinables. Se elimina el mecanismo y en consecuencia no se puede romper.
En esta línea, seguro que mantener un lavabo tiene unos costes muy altos, en personal y en energía. En el 2006, la aerolínea China Southern empezó a pedir a los pasajeros que fueran al lavabo antes de subir a bordo, informó USA Today. La razón era que así se ahorraba, porque cada vez que se tira de la cadena durante el vuelo, se consume un litro de gasolina.
Teniendo todo esto cuenta, tendría que ser posible, de alguna manera, alguna de estas opciones (marque todas las necesarias):
- a) aplicar un recargo por consumo extra de combustible a los que tiren de la cadena. Pero para no penalizar a los que aguanten, a estos se les podría devolver el recargo, por valientes
- b) poner una cerradura que se desbloquee con monedas, como los carritos del súper
- c) al estilo de la ciudad de Venecia, cobrar por el uso y, antes de subir al avión, que los pasajeros prevean cuántas veces creen que irán al lavabo y que compren un abono en consecuencia. Los viajeros frecuentes pueden comprar abonos de 10 visitas
- d) reducir el número de lavabos disponibles. Así quedaría más espacio para asientos más juntos.
- e) sin modificar las distribución actual, usar el lavabo como un asiento más. A la vista de que tiene más espacio que otros y servicios extra, se podría vender como una plaza XL. JetBlue ya ha explorado cruelmente esta vía.
Además, en el caso de lanzar el pago, el personal de a bordo tendría que aprender a servir las bebidas que compre la gente de una forma muy sonora y lenta, como se escancia la sidra, para generar 'necesidades' entre los pasajeros. Y la música de fondo tendría que ser 'Música acuática' de Haendel o sonidos de relajación de cascadas, cataratas, agua fluyendo...
¡Que no sea por propuestas!
Foto de somewhereinak vía Flickr.
Gran post!
ResponderEliminarCaso de estudio:
Sr. 'x' pesa 'y' kilos y coge un avión para 'z' kilometros.
Llegado cuando faltan 'z-20' kilómetros, 'x' va al lavabo resultando que su peso se aligera en 'c'. ¿No debiera ser recompensado por el menor peso que durante "z-20" va transportar el avión? ¿Debe pagar encima?
En serio... si todos los sectores disponen de 'obligaciones' versus los consumidores, no sé pq. las aerolíneas creen merecer un trato aparte.
Gracias, Dani. Pero mejor no entremos en el tema kilos-peso. Ejem.
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